miércoles, 22 de diciembre de 2021

7 años y una vida de piedras.

Hace 7 años me encontraste para lo que en un principio creí que era para destrozar mi vida, pero sabes qué? Que aquel 2015 fue el mejor año de mi vida, tenía amigas que se preocupaban por mi, que me escribían o hacían unas postales alucinantes en cada ciclo que tenía, esa era mi verdadera sonrisa de felicidad, saber que aunque estuviese pasando por lo que se suponía el peor momento de la vida de una persona, para mí, era volver a tener una pequeña gran familia.

Pero como todo en esta vida, duró poco, desabenencias, malos entendidos, no respetar la opinión de otra persona, fue lo que nos llevó en cierto momento a dividirnos, en principio tomé parte por un grupo, pero, poco a poco, me fui distanciando; no era lo que yo quería en ese grupo, deseaba un grupo perfecto, pero... qué es perfecto? Lo que para mí lo era, para otra u otras no; así que todo se fue destruyendo a mi alrededor, como un castillo de naipes, que lo subes con tanto cuidado que no haya una corriente, que pasa alguien, deja abierta una puerta, y empieza a caerse un naipe tras otro hasta que ya no queda nada en pie, que después cada naipe se levanta como puede y se va distanciando más y más, hasta que ya no tienes más que uno o 2 naipes de esa baraja.

Nos hemos vuelto una sociedad intolerable, sin aceptar la opinión o lo que piense otra de persona de su vida, sus problemas, de política o lo que sea; hacemos de cada opinión una discusión, y así... la sociedad como tal, ya no existe, sólo núcleos de personas, cada vez más pequeños que se toleran por ser familia, o tener amigos en común, pero no porque nos apetezca realmente estar ahí en ese momento.

Os habeís fijado si echáis en falta a alguien con quién solíais interactuar? Si es así, le habéis preguntado si está bien o si le pasa algo? Sólo hace falta ese gesto, para que esa persona vuelva a 'sonreir' o a pensar que puede que haya hecho algún bien a otra persona.

Porqué no podemos tener más de una opinión en un grupo? porqué es intolerable que esa persona piense diferente? porque a veces, si os habéis fijado, siempre hablan los mismos? y otras personas son meros espectadores de un espectáculo reprochable, sólo porque haya personas que no respetan opiniones diferentes, y que quieren a toda costa tener la razón, tener la razón en qué? somos seres diferentes, con diferentes vidas, cada uno se ha desarrollado como persona de manera diferente, por lo que tenemos diferentes opiniones, pero somos tan intransigentes, que no, que queremos que todo el mundo piense igual.

Pues no, mi vida no ha sido un camino de rosas, ha sido más bien un pedregal, de superación, de llegar a ser la persona que soy ahora, ni mejor ni peor que otra, que sí, pienso ahora mismo que ójala me hubiese llevado el maldito cáncer, total, para lo que he tenido que saltar desde entonces, han sido más piedras en el camino, pero sabeís qué, que las superé todas y cada una de esas piedras, y fueron muchísimas, unas me costaron más que otras, otras las rodeé para no hacerme más daño, a otras las derribé por cabezonería, pero siempre fui tolerante con aquellas personas que no pensaban u opinasen diferente a mi.

Total, para decir que 7 años de la visita del cáncer, sí, soy mucho más fuerte, porque me tocó luchar mucho, pero también, tengo un corazón que sufre, que le duele cada piedra en el camino que se me pone en el camino, porque cada día estoy más cansada de derribar esas piedras.

Seamos más tolerantes con las personas que no piensen u opinen como nosotros.

Os leo en comentarios, si queréis.

Y sólo porque son estas fechas, aunque para mí, no signifiquen nada. FELICES FIESTAS.

María.

martes, 21 de diciembre de 2021

21/12/2017


Abrí los ojos, no había amanecido todavía, por un momento, no sabía dónde estaba, me llegó un olor familiar, me levanté con cuidado de no hacer ruido, no quería despertar a nadie, me vestí, no sabía qué hacer, cogí la chaqueta y con mucho cuidado abrí la puerta y salí con sigilo.

Andaba por la carretera, total, no había aceras, aquí no sabían qué era eso, andando sin rumbo fijo, sólo quería que el frescor del amanecer me tocase el rostro, me sentía mal, hacía tanto tiempo que no estaba bien, que ni siquiera podía recordar cuándo fue la última vez que sonreí.

Desde que había llegado sólo lloraba y me sentía mal por las personas que había abandonado, pero necesitaba pensar un poco en mí, no era justo cómo me había ido, como se dice, a la francesa, cogí un bolso, la ropa mínima, no necesito tanto para vivir y cerré la puerta detrás mío, había dejado las llaves encima de la mesa del comedor para cuando volviese a casa las viese, aunque, lo dudaba, ya no hablábamos, sólo nos gritábamos, estaba cansada de todo, así que decidí irme sin decir nada a nadie.


Sin darme cuenta había llegado a un espigón con unas piedras enormes, que resbalan como nada, no había bajado nunca, pero eran lisas y eso se veía, debía ser peligroso bajar cuando la mar estaba revuelta, pero hoy no, estaba en calma, se oían romper las olas contra las piedras, habían hecho unas escaleras para bajar hasta las piedras y pensé, porqué no?? así que con un aire helado en la cara me dispuse a bajar los 5 escalones que separaban tierra firme de unas enormes piedras azotadas por las olas en los días en que hacía mal tiempo, conseguí bajar, no sin pensar que podía resbalar y matarme entre tanta piedra, pero me armé de valor, ahora no me iba a quedar arriba, quería alguna emoción que no fueses gritos, cuando llegué, me recibieron con los brazos abiertos, pero siempre con la pregunta, qué ha pasado? vienes sola? vendrá? No respondí a ninguna, no sabía nada, sólo necesitaba cambiar de aires, y lo hice.

Me senté en una piedra que me pareció cómoda, llevaba ropa liviana, pero no tenía frío, estaba genial, con el aire en el rostro y... de vez en cuando me llegaban unas gotas de agua, estaba congelada, pero notaba que me sentía genial, hacía cuánto tiempo que no me sentía así?? años?? No, nunca me había sentido bien, por una cosa o por otra, nunca había hecho lo que yo quería, siempre lo que debía hacer; mientras pensaba en el bonito amanecer que se podía vislumbrar, esos tonos de negro a rojizos, naranjas, el agua se embraveció, no sabía qué había pasado, hacía fresco, un poco más de aire, nada más, cerré un momento los ojos, una amiga me dijo que mi mente y mi cuerpo debían ser uno, cómo se hacía eso, así que iba a intentarlo.

Primero la respiración, y luego debía organizar mi cabeza, pero... cómo, no quería pensar en eso ahora, no, así que me dispuse a sentir mi respiración, cómo inspiraba aire frío que entraba en mis pulmones, llegaba al diafragma y tras unos segundos dentro, lo soltaba muy poco a poco, mientras intentaba unificar cuerpo y mente, las olas, cada vez más grandes, hacía que me notase que estaba toda mojada, me había abstraído del mundo durante unos segundos, miré el horizonte y vi la salida del sol, espectacular, cada vez que las olas rompían con las rocas, el agua me llegaba a la cara y el salitre hacía que me ardiesen los ojos y me hiciese llorar, no podía ver nada, no distinguía nada, sólo colores, volví a cerrar los ojos y volví a centrarme en mi respiración.


Cuando volví a abrir los ojos, le vi a mi lado, haciendo lo mismo que yo, cuándo había aparecido, de dónde había salido?? cómo me había encontrado??


Durante un momento me enfadé, en casa le habrían llamado, pero no quería perder este momento que era sólo mío.


Seguí mirando al infinito, con lágrimas en los ojos por culpa del salitre, recordé que la primera vez que me había bañado en mar abierto pensé: joder qué salada está, el molino de sal se debe haber estropeado y cada vez está más salada, pero era así, siempre había sido así.

Cuando por fin abrí los ojos, y vi el amanecer, noté su mano en la mía, me dijo, no te dejaré escapar, te fuiste sin decir nada a nadie, casi me vuelvo loco, me giré y ví en sus ojos lo que hacía mucho que no veía, AMOR, cariño, ilusión, se acercó a mi, me rodeó con su brazo, era reacia a una muestra de cariño de alguien que me había hecho tanto daño en los últimos años, pero tenía que darle una oportunidad, así que sentados uno al lado del otro, vimos amanecer mientras escuchábamos romper las olas contra las rocas y nos salpicaba el agua, pensé, podría morirme ahora mismo, ahora sí, noto como mi cuerpo y mi mente se han unido, era una conexión extraña, pero no quería dejar de sentirlo, así que me quedé quieta, con él a mi lado.