Hoy no es un día bueno para mí, me duele todo y mañana tengo ciclo, así que me pongo a escribir para olvidar mis propios males.
A pesar de tener cáncer, no todo es malo, hay que ver lo positivo, muchos preguntaréis cómo puedo pensar en ver lo positivo, pues sí, hay personas con cáncer que están en una posición peor que tú, o simplemente personas que en tu misma situación se lo toman con un humor que alucinas.
Cuando vas a un ciclo, piensas que lo has visto todo, pero no es así, encuentras personas en peores situaciones, que tienen que llevar una bomba de quimio durante una semana, dormir con ello, debe ser... prefiero no pensarlo.
El mismo día que fui a hacerme la cura del catéter y que tenía una visita con la neurooncóloga pasó en ambos sitios algo que luego me di cuenta que pensaba que era imposible en ese momento.
Como cada semana me presenté en la planta 6 del hospital para hacerme la cura, doy mis datos para que sepan que estoy allí, me siento, y como siempre, enganchada al puñetero móvil, un día de estos me pasará algo, estoy superenganchada, a lo que íba, en eso sale una de las enfermeras con un papel y empieza a decir nombres, y llama a Jesús González, viendo que no contesta nadie, le digo, no será María Jesús González, y me contesta, "pues no sé, espera a ver si alguien se levanta" al ver que nadie respiraba, me dice, "vente", vamos a la habitación semiestéril y mira en el ordenador y dice "ah sí, es María Jesús González", bueno, menos mal.
Cuando llega mi turno de la cura y empiezan a quitarme el apósito, y respira la piel, no sé, me da un gustito, que la piel respire, que ya está cuarteada porque no respira, que te pica por lo mismo, que aquí en Barcelona ya empieza la calor sofocante y asfixiante, entre todo ello, la enfermera empieza a limpiarme la abertura y el gustito que me da, no miro porque puedo infectarlo con mis microbios de la boca, y pongo una cara y unos gestos que parece ser que a las enfermeras les hace mucha gracia, intento que sea lo más largo posible, mi piel tan sensible y siempre tapada ya empieza a darme guerra, así que se empiezan a reír de mis caretos, de mis uysss, qué gustirrinin... qué fresquito, sigue sigue, y nos reímos, ponen todo el cariño en que no nos duelan las curas, cuando ven como a mi que se me cuartea la piel, intentan extender la cura un poquito para que así la piel respire un poco, por mucho spray que te pongan para desinfectar y otro para dar una película para la piel, pero tienen que hacer su trabajo y volver a poner todo en su sitio, así que vuelta a taparlo. Acabada la cura, a la visita con la neuro.
Una vez vuelves a pasar la tarjeta sanitaria para que sepan que estás allí, te sientas lo mejor posible, ya que siempre van tarde, vuelta a mirar el móvil, escuchas de todo, te molesta todo y en eso que escuchas el mismo nombre Jesús González, miro hacia la enfermera, y espero unos segundos, y le digo, no será María Jesús González??, mira la hoja y dice, "ah, pues sí, es que la M está en la esquina".
Es de esos momentos en que piensas, no puede pasar lo mismo dos veces el mismo hospital, en diferentes plantas y con diferente personal.
Parece ser que el dolor de dedos, uñas y pies venía del Docetaxel, que por eso es tan tóxico y te vigila la neurooncóloga cada dos ciclos.
Tengo que dar las gracias aunque no lo lean, a todas las enferemeras, auxiliares, administrativas e incluso médicos por su humanidad y cariño hacia todos los enfermos, creo que sin ese cariño y esa empatía no podríamos seguir mirando hacia adelante...
Gracias a todos por leerme y a esas personas anónimas que me dan su apoyo, aunque no quieran dejar su comentario, lo hacen a través de un mensaje privado, o simplemente compartiendo porque entienden o bien por lo que estás pasando o tienen a alguien que están pasando por lo mismo...GRACIAS de todo corazón <3
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